El «Greenwashing» no es más que una estrategia de marketing para vender un producto como respetuoso con el medio ambiente y se ha convertido en un habitual en nuestros días. Pero dentro del sector del medioambiente nos encontramos con la estrategia contraria, intentar «vender» una actividad o un producto como dañino para nuestro planeta para así captar más «adeptos» para la causa. ¿Tenemos aquí un ejemplo?
En primer lugar vamos a ver un corto vídeo de Greenpeace España en el que se nos alerta sobre las prospecciones en busca de petroleo en el ártico. Se habla de «cargas sísmicas» «extremadamente fuertes» que cada 10 segundos retumban las profundidades de los mares cercanos al ártico. Todo ello aderezado con estruendosas explosiones y una épica banda sonora. Aquí tenéis los 44 segundos a modo de Trailer:
Y ahora veamos el vídeo original de donde se ha construido el trailer anterior y que también ha sido facilitado por Greenpeace España. Vamos a poder escuchar el sonido real de los cañones de aire usados en el transecto para encontrar petroleo. Este vídeo tampoco es mucho más largo, en apenas dos minutos se puede apreciar la diferencia:
Nuestra pregunta es la siguiente: ¿es necesario «vender» la destrucción del medioambiente? Parece que la publicidad y el marketing están presentes también en la defensa del medioambiente. Entramos en el eterno debate de si es necesaria la lucha «desde dentro» para cambiar el sistema, de la lucha con «sus mismas armas». Pero esa será tú elección.
Notas:
Sobre estas diferencias de enfoque hay que darle las gracias a Sergio Lopez García que se hizo eco en el Grupo de Facebook «Ambientólogos», un espacio que recomendamos por las continuas e interesantes aportaciones de los ambientólogos y profesionales afines que son miembros.
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